Nara Osés


Titular de la Defensoría del Niño y el Adolescente de la provincia de Neuquén

Breves

I
me pediste que te envíe algo escrito, breve, y urgente; quiero buscar algún relato, en la computadora, en mi memoria, pero todo huele a ella, y ya no quiero recordarla… llevo meses sin hablarle y veintipico de días sin escribirle y todavía siento que es una idea obsesiva, rumiante… le hablo como si estuviera a mi lado o adentro mío y le explico por qué dejé y dejaré de comunicarme… con los ojos cerrados la siento caminando a mi lado y en algunas librerías la percibí sentada frente a mí… quiero duelarla, distanciarme, recordar sus dolorosos y agresivos silencios para hacerla pequeñita y dejarla sentada en mi biblioteca, junto a los libros que me regaló.

II
No lo sabe, pero tiene un agujero negro en el cuerpo y en el alma. Como es un agujero, no lo ha podido ver, y como fue hecho por las manos de su padre, se ha negado a sentirlo.
Ella guarda este secreto desde niña, lo llevará a la tumba.
Se siente sucia, confundida, incomprendida.
El agujero negro se mueve dentro, a veces le corrompe la alegría y a veces le impide entender el dolor de las otras.
Ella siente que nadie podrá con su vacío y que tampoco podrá llenar los vacíos de su descendencia.
No lo sabe aún, pero sus hijas o las hijas de sus hijas, recuperarán la voz. Pondrán el grito en el cielo cuando pretendan abusar de su cuerpo, ennegrecer su palabra, agujerear su vida. Cuando eso ocurra, ella dirá su verdad despacio, se aliviará su mundo, y será curandera, dulce cicatrizadora de angustias ajenas, sólo con mirar.

III
de la gente que estudia los ciclos lunares y la influencia que ejerce sobre la vida en la tierra, algunos son un tanto fanáticos...imaginan que visitando la luna el rumbo de su historia será pleno, de su historia por decir su camino...me dirán que nunca faltan quienes interpretan mal la realidad, y eso es cierto...podrían comprender que en vez de un camino, su historia es tan cíclica como es el acercarse y el alejarse de la luna a la tierra...pero es que existen gentes ingenuas, soñadoras quizás, utópicas, con poco espíritu práctico dirá Usted, de esas que creen que su voluntad puede hacer cambiar el rumbo, más que su voluntad sus deseos...son sujetos emotivos, apasionados, un tanto disparatados, no le harían daño, creen en la fuerza de sus sentimientos...le recomiendo no andarles cerca, no porque lo contagien, sino porque finalmente no se entenderán...

IV
Antes que los demás, y para su sorpresa, con la copa en alto, se levantó uno de los más jóvenes. Dijo- brindo para que cada uno, diga con fuerza, qué le ofrece a la vida, en este tiempo, en el que hemos convenido que todo recomienza… Les ayudo, agregó. Pueden pensar en sí mismos, en su familia, pero no dejen de hacerlo en su comunidad…, sería próspero imaginar qué hacer para aceptar nuestras diferencias y feliz acompañarnos crecer en los momentos duros. …La abuela sonrió recordando una charla casual, cuando aprendió que existe la fidelidad de la vida.